apoyada sobre tu pecho,
escucho tus caricias,
rozando sobre mi cuerpo,
escucho mi sonrisa,
al perderme en tus ojos,
escucho tus palabras,
de ánimo, esperanza.
Escucho tu paciencia,
de cada madrugada.
Escucho el atardecer
mientras me abrazas,
escucho el amanecer
cada noche en nuestra almohada.
(Para quien, mejor que para ti)
Mayo 2007
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